Henry volverá a ser titular mañana contra el Sporting de Lisboa en el primer partido de la liguilla de la Champions. Tras quedar fuera de la convocatoria el sábado a última hora, el delantero francés tendrá una nueva oportunidad para intentar reencontrarse con el fútbol que le convirtió en un crack mundial cuando jugaba en el Arsenal y que ni siquiera se ha insinuado en los catorce meses que lleva en el Barça. Guardiola, que decidió descartarlo ante el Rácing de Santander para protegerle, volverá a confiar en él una vez más. ¿Será la última?...
Psicológicamente, Henry está muy tocado por su bajísimo rendimiento y por las duras críticas que está recibiendo. El galo considera que algunas son injustas y que están directamente relacionadas con el coste de su fichaje (24 millones de euros de traspaso más 12 millones por cada uno de los cuatro años de contrato). E incluso piensa que se le está utilizando como arma arrojadiza contra el presidente Laporta y contra el secretario técnico, Txiki Begiristain.
Pero también reconoce que está muy lejos de su mejor nivel y
que no sabe qué hacer para recuperarlo.
A pesar de tener que jugar en la banda por decisión de Rijkaard, a pesar de la falta de aclimatación al sistema y al equipo, a pesar de sus problemas físicos y a pesar de sus problemas personales (divorcio, alejamiento de su hija Tea...), Henry acabó marcando la pasada temporada un total de 19 goles entre las tres competiciones que disputó en su primer año de blaugrana (12 en la Liga, 4 en la Copa del Rey y 3 en la Champions). De hecho, acabó como máximo realizador de la plantilla, con un tanto más que Eto’o. Eso le había hecho concebir esperanzas de que todo podía ir mejor en su segunda campaña en el Camp Nou. Además, la ‘revolución’ que se produjo en el vestuario podía beneficiarle.
LA PROMESA DE GUARDIOLA
Durante gran parte de la pretemporada Henry estuvo convencido de que iba a ser el ‘9’ de Guardiola y de que sus tiempos de falso extremo se habían acabado. Pep se impuso como reto personal recuperar la mejor versión del delantero francés y habló largamente con él durante sus primeras semanas como técnico blaugrana. El entrenador, que no contaba con Eto’o porque éste debía seguir el camino de Rijkaard, Ronaldinho y Deco, depositó toda su confianza en Henry, al que transmitió su convicción de que podría ser el pichichi que necesitaba su proyecto deportivo. Sin embargo, cuando el camerunés decidió quedarse en el Barça todo cambió.
Henry se sintió gravemente perjudicado por este inesperado giro de los acontecimientos. Y aún más cuando Eto’o empezó a marcar goles a pares durante la pretemporada y en el primer encuentro oficial, contra el Wisla en la previa de la Champions. El francés vió cómo se repetía el mismo escenario de la pasada campaña: pasaba a quedar relegado a la banda, donde considera que su rendimiento se ve muy perjudicado. Además el 4-3-3 sigue sin adaptarse a sus características y a su estilo de juego, basado en los espacios y la libertad de movimientos por toda la delantera.
El francés todavía no se ha recuperado de este ‘golpe’ moral y, en estos momentos, se encuentra psicológicamente muy tocado. Ha perdido la confianza en sí mismo y en sus posibilidades de recuperar parte del gran futbolista que fue en el Arsenal. Tan mal está que Guardiola decidió dejarlo el sábado en la grada para que su situación no se agravara. Pep sabía que otra mala actuación de Henry encresparía los ánimos del Camp Nou, ya de por sí encendidos contra el delantero.
De todas formas, el entrenador considera que un futbolista como Henry merece una nueva oportunidad y por eso será titular mañana conta el Sporting de Lisboa en la Champions. Pero tal vez sea la última vez. Ya empiezan a levantarse las voces que apuestan por intentar traspasar a Henry en el mercado de invierno, bien sea entrando en una operación para fichar a otro delantero o bien sea vendiéndolo a un equipo de Estados Unidos. De hecho, el propio jugador francés ha dicho en más de una ocasión que no descartaba la posibilidad de acabar su carrera deportiva en América. Boston (donde están las centrales de Reebok y Gillette, dos de sus principales patrocinadores) y Nueva York son las ciudades que más le gustan.
Aún es pronto para hablar de esta posibilidad pero no hay que descartarla si Henry no mejora inmediatamente su rendimiento. A pesar de que tiene este y dos años más de contrato, se le agota el tiempo.